jueves, 21 de noviembre de 2013

HISTORIA DEL ESPAÑOL O CASTELLANO

La Historia del idioma español usualmente se remonta al período prerromano, ya que se considera que las lenguas prerromanas de la península ejercieron influencia en el latín hispánico que conferiría a las lenguas romances peninsulares varias de sus características. Desde un punto de vista estrictamente lingüístico se consideran tres estadios diferentes: español medieval, español medio y español moderno (los límites entre ellos son puramente convencionales, ver más adelante).



Las lenguas romances (también denominadas lenguas románicas o lenguas neolatinas) son una rama indoeuropea de lenguas estrechamente relacionadas entre sí y que históricamente aparecieron como evolución del latín vulgar (entendido en su sentido etimológico de 'habla cotidiana del vulgo o común de la gente' y opuesto al latín clásico forma estandarizada que a partir de cierto momento era una lengua aprendida como segunda lengua y no como lengua materna).
El número de lenguas romances conocidas supera la veintena, aunque en la actualidad muchas variedades regionales están severamente amenazadas y sólo media docena de ellas tienen un uso general y tienen varios millones de hablantes.

Del latín clásico al latín vulgar

En la antigua Roma se presentaba diglosia: el latín de los textos literarios o sermo urbanus (o ‘discurso urbano’, es decir, refinado) se encontraba estancado por la gramática (como ya lo estaba el sánscrito en la misma época en India). Por lo tanto la lengua cotidiana no era el latín clásico sino una forma distinta aunque cercana, en un proceso de desarrollo más libre, el sermo plebeius (‘discurso plebeyo’). El sermo plebeius era la lengua cotidiana del pueblo llano, los comerciantes y los soldados y podemos identificarlo ampliamente con el latín vulgar, que nos es conocido sobre todo por citas indirectas y críticas pronunciadas por los hablantes de un latín literario, así como por numerosas inscripciones, registros, cuentas y otros textos corrientes, y por la evidencia deducible a partir de las lenguas románicas.

Criollización frente a evolución

El proto-romance intuible a partir de la comparación lingüística de las lenguas romances difiere notablemente del latín literario clásico en su pronunciación, vocabulario y gramática. Existen dos teorías sobre el origen de las lenguas romances:
  1. La teoría tradicional que conjetura que las lenguas romances proceden del llamado latín vulgar que sería evolución natural continua del latín clásico, cuyos rasgos aparecen definidos solo a partir de los siglos IV o V d. C.
  2. La teoría de que las lenguas romances derivan de formas criollizadas del latín.1 2 3 En favor de esta hipótesis está el que muchos rasgos típicamente romances son sorprendentemente tempranos.

Primeras evidencias

Un testimonio importante del latín popular es el Satyricon de Petronio, una especie de “novela” escrita probablemente en el primer siglo de nuestra era que fue pasando por los entornos marginales de la sociedad romana. En ella, los personajes se expresan —según su categoría social— en una lengua más o menos próxima al arquetipo clásico.
Otra fuente importante de diglosia es el Appéndix Probi, una especie de compilación de "errores" frecuentes, recopilados por un tal Probus, que data del siglo III de nuestra era. Son estas formas, y no sus equivalentes en latín clásico, las que se encuentran en el origen de las palabras utilizadas en las lenguas romances.
He aquí algunos ejemplos de “faltas” citadas por Probus (según el modelo A non B, ‘[diga] A, no B’), clasificadas aquí según el tipo de evolución fonética y acompañadas de comentarios que permiten señalar las principales diferencias entre el latín clásico y el latín vulgar.
Algunas evidencias de construcciones de tipo romance en inscripciones latines populares son muy tempranas (muchas inscripciones en la Pompeya del 79 d. C.). Algunos autores han sostenido que las lenguas romances no proceden de la evolución usual del latín clásico, sino que estas podrían venir de versiones criollas de dicha lengua. Existen diversos argumentos:4 5
  • Algunas evidencias de construcciones gramaticales de tipo romance son muy tempranas, cuando muchos de los cambios fonéticos típicos de latín tardío aún no habían comenzado.
  • En muchas regiones el latín substituyó a lenguas como el celtíbero y el lepóntico tipológicamente similares al latín, sin embargo, el latín de esas regiones parece haber tenido desde muy temprano características tipológicas diferentes.
  • El latín contrasta con el griego clásico, si bien el griego moderno ha perdido muchas características de la lengua clásica el grado de retención parece más alto, incluso dialectos alejados de Grecia como el griego de la Magna Grecia (sur de Italia) que se remonta a la época clásica muestra una retención más alta que las lenguas románicas. Esto se habría debido a que el griego antiguo habría evolucionado sin criollización.
  • Las lenguas eslavas y en parte algunas las germánicas han retenido mucho más fácilmente la declinación en los últimos dos milenios aun cuando no existió una lengua culta.
La criollización del latín pudo compartir rasgos con la formación de otras lenguas criollas a parte del francés, el portugués, el holandés y el español. En los estadios iniciales, cuando había escasez de hablantes de la lengua colonizadora, las lenguas romances pudieron haberse propiciado en entornos multiétnicos, por el surgimiento de pidgins entre personas que hablaban lenguas diferentes bajo la misma administración. Sólo a medida que el número de hablantes de latín aumentaba, el criollo latinizado se "relatinizaba" pero sin llegar a ser el latín clásico literario. La situación pudo haber sido diglósica, por lo que a pesar de que el uso de las formas arromanzadas de latín pudieron ser tempranas, la escritura lo reflejaba en pequeña medida, de la misma manera que las variedades criollas fueron ampliamente ignoradas hasta la independencia de las antiguas colonias.

Lenguas de la familia y clasificación interna


Clasificación de las lenguas romances de acuerdo con Koryakov Y.B.6
Ante todo, conviene aclarar que hasta el momento no existe una clasificación unificada y científica respecto a los grupos y subgrupos de las variedades lingüísticas románicas, universalmente aceptada. Sin embargo, tradicionalmente se han usado clasificación en que se agrupan a las lenguas según áreas geográficas, teniendo en cuenta también rasgos distintivos fonéticos y gramáticos. De acuerdo con estos criterios, se considera lenguas románicas orientales aquellas que forman el plural mediante vocales (generalmente -i o -e) y no sonorizan las oclusivas sordas intervocálicas /p, t, k/ de origen latino; mientras que pertenecen a la Romania Occidental aquellas variedades que sonorizan /p, t, k/ intervocálicas o forman el plural con -s. Entre estas dos ramas formarían un grupo de transición los dialectos centrales y meridionales de Italia, incluyendo también el italiano estándar.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que, al referirse a una «lengua románica», en ésta se puede a su vez comprender varios dialectos (por ejemplo las lenguas retorrománicas tradicionalmente se las considera una sola lengua con tres dialectos principales, aunque la inteligibilidad entre ellas es difícil). Los problemas en la clasificación se deben a que el modelo de árbol (Stammbaumtheorie) no es adecuado para describir la diferenciación de una familia lingüística en presencia de contacto lingüístico, como señaló Johannes Schmidt al proponer su "teoría de ondas" (Wellentheorie). Además, debe tenerse presente que las variedades románicas forman un continuo dialectal cuyas diferencias mutuas son en ocasiones mínimas, llegando a ser inteligibles entre sí en la mayoría de casos (más de manera escrita que de manera oral, aunque fácilmente inteligibles).
La clasificación interna exacta es uno de los problemas más complicados dentro de cualquier familia lingüística. Fuera de los grupos de primer nivel de variedades lingüísticamente muy estrechamente emparentadas resulta difícil establecer un árbol cladístico ya que las lenguas en su desarrollo histórico se influyen mútuamente y el modelo de árbol filogenético no resulta adecuado para representar la diferenciación lingüística de un conjunto de lenguas en contacto. Una enumeración de los grupos que muy probablemente constituyen unidades filogenéticas válidas es la siguiente:
  1. Lenguas iberorrománicas (español, gallego-portugués, asturiano-leonés y aragonés)
  2. Lenguas galorrománicas (francés y franco-provenzal)
  3. Lenguas retorrománicas (romanche, friulano y ladino)
  4. Lenguas occitanorromances (catalán y occitano-gascón)
  5. Lenguas galoitalianas (ligur, piamontés, lombardo, emiliano-romañolo y véneto).
  6. Lenguas italorromances (italiano estándar, romanesco, napolitano, siciliano, corso-gallurés)
  7. Lenguas balcorrumanas (rumano estándar, meglenorrumano, istrorrumano)
  8. Lenguas romances insulares (sardo, antiguo corso)
  9. Otras lenguas romances extintas (dálmata, mozárabe)
La relación exacta entre estos grupos es materia de discusión y no existe una única clasificación aceptada, así que diferentes autores basándose en distintos tipos de evidencias y criterios han hecho clasificaciones que agrupan de manera diferente estos grupos. A partir del las similaridades léxicas computadas por el proyecto comparativo ASJP y otras evidencias lingüísticas resulta un árbol diversificación como el siguiente:
Latín

Galorrománico

francés


arpitán




romanche



Italo-rumano

rumano



italiano


siciliano





friulano

Occitano-románico

occitano


catalán




Iberrománico


navarroaragonés


español




asturleonés


galaico-
portugués

gallego


portugués







sardo


Grupo iberorromance


Lenguas iberorromances (amarillo, verde y azul) y occitanoromances (naranja, rojo y morado) en España, Portugal, Francia, Andorra y Cerdeña
Además existen una lengua de la Península Ibérica sobre la que no existe acuerdo sobre cómo clasificarlas:
Ethnologue clasifica a estas dos lenguas juntas como lenguas pirenaico-mozárabes (aunque no parecen existir isoglosas comunes exclusivas a estas dos lenguas). Para otros el aragonés tiene rasgos intermedios entre el iberorromance nuclear y el occitanorromance, aunque no existe consenso filológico en torno a su clasificación.8

Grupo occitanorromance


Distribución de las lenguas occitano-románicas: catalán (rojo), gascón-occitano-provenzal (morado).
Estas dos lenguas muy cercanas forman un continuo dialectal transicional entre las lenguas de oil y las iberorrománicas, llamado occitano-románico. Algunas fuentes clasifican ambas entre las lenguas galorrománicas, otras, como Ethnologue, dentro del grupo iberorrománico y, tradicionalmente, el catalán como iberorrománico y el occitano como galorrománico. Cada vez toma más fuerza entre los romanistas el denominado Grupo Románico Pirenaico, grupo puente entre el iberorrománico y el galorrománico, integrado por el occitano, el catalán y el aragonés.

Grupo galorromance


Lenguas de Francia

Grupo retorromance

Las lenguas retorrománicas son variedades lingüísticas galorrománicas muy cercanas habladas en el sur de Suiza y noreste de Italia (provincia romana de Raetia). Lingüísticamente comparten rasgos con los dialectos occitanos y el catalán.
  • Dialectos romanches (rumantsch): sursilvano, sutsilvano, surmirano, puter y vallader forman los cinco dialectos escritos, se hablan en Suiza (en el cantón de los Grisones), en la actualidad el número de hablantes de todos estos dialectos reunidos apenas frisa las 35.000 personas.
    • Interromanche (rumantsch grischun): especie de lingua franca romanche empleada en Suiza para unificar la veintena de dialectos romanches, y que se apoya sobre todo en el sursilvano, el vallader y el surmirano. El interromanche es una lengua oficial en el cantón suizo de los Grisones.
  • Dialectos ladinos (ladín): empleados en los Dolomitas (Italia), se consideran una lengua regional.
  • Friulano (furlan): hablado en la provincia italiana de Údine, tiene el estatus de lengua regional.

Grupo galoitaliano


Lenguas de Italia: el grupo galoitaliano se presenta en tonos verdes, los tonos azul morados del centro y sur se conrresponden con algunas el italorromance central, y el siciliano en marrón.
Las lenguas galoitalianas presentan características de transición entre las variedades del centro y sur de Italia y el resto de lenguas romances occidentales. Las lenguas galoitalianas cuentan en total con unos 15 millones de hablantes nativos en el norte de Italia. Si bien ninguna de ellas tiene reconomiento oficial por parte del estado italiano varias de ellas han sido reconocidas y son objeto de leyes de protección por parte de los parlamentos regionales. Las lenguas galoitalianas comúnmente reconocidas son:

Grupo italorromance centromeridional

Las lenguas italianas centromeridionales (italiano, napolitano y siciliano). Son un continuo dialectal desde el centro hacia el sur de la Península Itálica, muchas veces se los menciona sólo como dialectos italianos. Desde el punto de vista lingüístico, forman un grupo de transición entre la Romania Oriental y Occidental (por ejemplo, tienen el plural vocálico, pero a veces también se presentan sonorizaciones de /p, t, k/ intervocálicas).
  • Italiano (italiano, s. IX). derivado históricamente del toscano florentino, promovido por Dante en el siglo XIII constituye la base de la lengua oficial italiana.
    • Corso. Es un dialecto histórico del italiano, derivado del toscano, que ha sufrido un fuerte influjo francés. No obstante, Ethnologue lo clasifica aparte del italiano entre el grupo románico del sur, junto con las variedades sardas. Es propio de la isla francesa de Córcega. Afines al corso son el gallurés y el sassarés del norte de Cerdeña.
    • Dialectos italiano-centrales como el romanesco de Roma.
  • Napolitano y dialectos del centro-sur de Italia como pullés y calabrés del norte.
  • Siciliano (sichilianu o u sicilianu) o italiano meridional extremo, hablado en Sicilia y en los extremos de la península: Salento y Calabria central y meridional. Es una lengua románica que tiene muchas influencias del griego (que pervive en algunas localidades), del árabe, del francés, provenzal, catalán y del castellano, del alemán y del latín. Esto es por la razón de que Sicilia ha sido siempre tierra colonizada y encrucijada de los principales pueblos mediterráneos. No obstante, el idioma tiene sustrato y palabras derivadas de antiguos pueblos como los sicanos (no indoeuropeos), sículos y élimos.
    • Se distinguen ocho dialectos fundamentales en Sicilia e islas próximas:
      • Occidental (Palermo, Trapani)
      • Centro-Occidental (Agrigento)
      • Metafonética central (Enna, Caltanissetta)
      • Metafonética sudoriental (Ragusa y zona meridional de la Provincia de Siracusa)
      • No-metafonética oriental (Siracusa, Catania)
      • Messinés (Messina)
      • Pantesco (isla de Pantelaria) influenciado por el árabe.
      • Eoliano (Islas Eolias)
    • Relacionados con el siciliano están los otros dialectos italiano meridionales extremos:
      • Reggino o calabrés centro-meridional (Reggio, Catanzaro)
      • Salentino (en el 'tacón' de la 'bota' de Italia: Lecce, Otranto)

Grupo sardo

Sardo (sardu o limba sarda, s. XI), hablado en Cerdeña. Es una de las lenguas romances más conservadoras, lo que se puede explicar dado su aislamiento geográfico. Se considera que el grupo sardo constituye la primera rama desgajada del resto de lenguas románcias, ya que todas las demás presentan una evolución vocálica común que no está presente en sardo. Se distinguen varios dialectos sardos:
  • Campidanés (campidanesu): variante lingüística del sur.
  • Logudorés (logudoresu): variante lingüística del centro-noroeste, en que están escritas la mayoría de las obras literarias.
  • Nugorés (nugoresu): variante lingüística del centro-este.
Las dos últimas variantes lingüísticas tienen muchos aspectos en común respecto a la primera. Lingüístico-históricamente los dialectos sardos serían una transición entre el italiano del sur y las lenguas iberorrománicas. Respecto a sus rasgos fonéticos y gramáticos (sonorización y fricatización de las oclusivas sordas intervocálicas latinas, formación del plural mediante -s, etc.) pertenece a las lenguas romances occidentales, a pesar de que Ethnologue lo clasifica (junto a la variedad italiana de Córcega, el gallurés y el sassarés) dentro de las lenguas románicas del sur. Desde la Edad Media el sardo ha conocido numerosos superestratos, entre los cuales el catalán, el castellano, el ligur y el italiano estándar son los más relevantes.
Español Logudorés Nugorés Campidanés
el, la, los, las su, sa, sos, sas su, sa, sos, sas su, sa, is
agua abba abba acua
cuatro bàttoro bàttoro cuatru
lengua limba limba lingua
placer piaghere piakere praxeri/prajeri(a)
voz boghe boke boxi(a)
(a)donde la x se lee como la j francesa en jamais o je.

Grupo balcorromance

Las lenguas romances orientales tienen varios rasgos distintivos notorios:
  • No sonorizan las oclusivas sordas intervocálicas de origen latino /p, t, k/ (rasgo compartido también con las lenguas italianas centromeridionales).
  • Y forman el plural de las palabras mediante vocales -e, -i. (rasgo compartido por varias lenguas romances de Italia)
  • Los fonemas latinos /Ō, Ŏ/ se confunden en /o/ mientras que en el resto de lenguas romances (excepto el sardo), las mismas vocales latinas se siguen distinguiendo al evolucinar a dos fonemas diferentes /*o/ y /*ɔ/.
Dialectos rumanos
Rumano (română ; atestiguaciones parciales en el s. XII, a. completa en el s. XV): lengua de la antigua provincia romana de Dacia cortada del resto de la llamada Romania. El superestrato eslavo tiene relativamente poca relevancia salvo en el léxico y el rumano se asevera como una lengua bastante conservadora. Se considera que posee cuatro dialectos:
Varios lingüistas rumanos, sin embargo, consideran que las últimas tres variedades son lenguas apartes, ya que el idioma rumano propiamente dicho es sólo el dacorrumano (cf. «español» vs. «castellano, asturleonés, aragonés»).
Idioma dalmático
Lengua dálmata, lengua muerta que se hablaba en algunas ciudades costeras de Dalmacia (costa de la actual Croacia). Tenía dos dialectos conocidos:
El idioma dalmático estaba relacionado con el idioma istrioto, hablado por unos dos mil habitantes del sur de la península de Istria y considerado por la Unesco en serio riesgo de extinción. Otra de las lenguas romanobalcánicas relacionadas al idioma dalmático es el idioma morlaco, una lengua neolatina del interior de la Dalmacia, que se considera extinguida desde el siglo pasado.

Lenguas artificiales derivadas

Estas lenguas tratan de retomar elementos latinos (romances) tratando de ser neutrales a todas las lenguas romances actuales e incluso con otras lenguas los ejemplos más comunes son: el esperanto, el ido, interlingua (probablemente el mejor ejemplo de neutralidad en las lenguas romances), etc.

Características lingüísticas comunes

Aunque las lenguas romances representan evoluciones divergentes del latín, sus rasgos comunes de hecho se deben prácticamente siempre al resultado de retener algún aspecto lingüístico que ya estaba en latín, y en muchos menos casos al efecto de la influencia común de otra lengua sobre varias lenguas románicas. Las características principales presentes en todas las lenguas románicas son las siguientes:

Cambios fonéticos

Algunos de los principales cambios fonéticos registrados tanto en el Appéndix Probi como en otras inscripciones son:
  • La aparición de un sistema fonológico de vocales abiertas y cerradas con al menos 4 grados de abertura /i u; e o; ε ɔ; a/ algunos autores postulan cinco grados de obertura al considerar también las vocales /ɪ ʊ/ como fonemas), a partir de un sistema basado en la cantidad vocálica (en posición átona este sistema se pudo reducir aún más a sólo 3 grados de abertura, reducción que el español aplicó también a las vocales tónicas).
  • La reducción de algunos diptongos /au/ > /ou/ > /o/ (la reducción en /o/ no se dio en galaicoportugués).
  • La síncopa o caída de vocales breves postónicas, como en los ejemplos recogidos por Probus: cálida > calda 'caliente', másculus > masclus 'macho', tábula > tabla 'mesa, tablón', óculus > oclus 'ojo'.
  • Las palatalizaciones son cambios muy frecuentes tanto en las vocales como en las consonantes. El latín clásico de hecho carecía de consonantes palatales pero en las lenguas románicas este tipo de consonantes son muy frecuentes. Algunos ejemplos son:
    • vinea > vinia > *vinya 'viña'
    • diurnum 'diurno' > *dyorno > it. giorno 'día', fr. jour 'día', esp. jornal 'salario de un día' y jornada 'período de un día'.
    • cuniculum 'conejo' > coneclo > catalán conill, español conejo, gallego coello
    • óculus 'ojo' > oclus > cat. ull, esp. ojo, gal. ollo.
    • En varias lenguas romances, no en todas, /kt/ > /yt/, lacte > *leyte > catalán llet 'leche', en algunas se da una palatalización completa /yt/ > /*yč/ palataliza totalmente *leyte > leche. En gallego se dice leite.
    • Similarmente en varias de las lenguas anteriores, /lt/ produce /jt/ multum > *muyto > portugués muito, con palatalización completa en otras lenguas como el español *muyto > mucho. En gallego se produce un diptongo decreciente: moito.
    • En algunas lenguas como el catalán y el leonés existe palatalización de /l-/ inicial latina: legere > catalán llegir.
    • En leonés y en las variedades noroccidentales del extremeño existe palatalización de /n-/ inicial latina: nurus > extremeño ñuera.
  • Simplificaciones varias de grupos consonánticos /pt/ > /t/.
    • En gallego y portugués desaparecen del latín muchas n y l intercaladas. Por ejemplo: lúa (luna), prata (plata).


SÍLABA

Sílaba es cada una de las divisiones fonológicas en las que se divide una palabra. Es la segunda menor división de la cadena hablada (contando como más simples la mora, ver más abajo, y el fonema). (Tradicionalmente se la había definido como "golpe de voz" en una palabra, definición actualmente considerada por los lingüistas obsoleta e inoperativa).

1) Una consonante entre das vocales va con la ultima
Ejemplo:
a-mor; ú-ni-ca-men-te.
2). Si hay dos consonantes:, cada una se junta con la vocal inmediata.
Ejemplo:
al-co-ba, can-to.
Excepto cuando la segunda consonante es l"o "r" precedidas de b, c, d, f, g, , t, pues forman un sonido especial, como ba, bra, cIa, cra, dra, fía, fra, gb, gra, pía, pre, tra.
Ejemplos:
ha-hiar, a-bra-zo, cia-ro, ru-do, . drama, fla-co, fran-co, gb-na, pla-to, p,,--e-cío, trazo.
3) Si hay tres consonantes entre dos vocales, las dos primeras consonantes van con la.vocal que las 'precede y la otra con la siguiente.
Ejemplo:
'cons-titución,. ins4ante.
4) Si hay cuatro consonantes entre dOs vocales, las do primeras van con la vocal que las precede y las dos últinias con la que las sigue.
Ejemplos:
ins-tru'men-to, ohs-trucción.
5) Las consonantes dobles ch, II, rr no se descomponen por ser simples en el sonido, aunque no lo sean en la forma.
Ejemplos:
ca-ro, co-che, mue-¡le.
6) Los diptongos y triptongos no pueden separarse..
Ejemplo: dio-le, apre-ciais. La sílaba ''des" no se descompone cuando va seguida de una
Ejemplo:
des-hacer, des-hidratar.
Sin embargo, si puede deshacerse cuando no va seguida de "h".
Ejemplo:
de-samparo, de-satar. También las sílabas "nos" y "vos" podrán separarse de ahora en adelante.
Ejemplo: no-sotro y vo-sotros.
7) En las palabras compuestas se dividirán los elementos componentes, como en el caso de ferrocarril, a menos que e primer elemento que compone la palabra termine en "s", en cuyo caso se agregará dicha letra a la vocal anterior, toda vez que en castellano no existe la posibilidad d que una sílaba empiece por as" seguida de otra consonante.
Ejemplo:
cons-tan-cia.

ADVERBIO

Un adverbio es un tipo de palabra invariable que actúa como núcleo del sintagma adverbial, complementando a un verbo, un adjetivo u otro adverbio. Las funciones sintácticas del adverbio son, aparte de la de núcleo del sintagma adverbial, las de complemento circunstancial del verbo, la de cuantificador, grado o complemento del adjetivo («muy bueno», «recién hecho») y las de cuantificador de otro adverbio («bastante lejos»). Algunos adverbios pueden funcionar como predicado dirigido hacia un sujeto y junto a una cópula verbal («está divinamente»). Algunas de las palabras consideradas por la gramática tradicional precientífica como adverbios pueden considerarse en categorías independientes. Así los adverbios de ubicación, modo y cantidad parecen formar una clase natural, pero los adverbios «epistémicos» parecen formar desde el punto de vista sintáctico una clase aparte. Por ejemplo los «adverbios de negación» en muchas lenguas pueden considerarse una clase aparte (epistémicos negativos). Estas palabras negativas pueden actuar como núcleos del llamado sintagma de negación que tiene propiedades y requerimientos sintácticos diferentes al de un sintagma adverbial.

Características

En la morfología española suelen ser invariables o con ciertos morfemas. Suele añadir información circunstancial al verbo, y algunos incluso a toda la oración, ya sea de tiempo, de modo, de lugar, de duda, de afirmación o de negación. En esos casos se considera que funciona como modificador a nivel de sintagma verbal («lo hice fácilmente») o nivel causal («sinceramente,...») por lo que algunos adverbios pueden funcionar como marcadores del discurso.
Los adverbios de lugar son palabras que sirven para indicar el sitio donde se encuentra algún ser u objeto. Y estos pueden ser: adelante, atrás, adonde, ahí, aquí, allí, allá, arriba, cerca, delante, detrás, donde, encima, lejos, etc.
El adverbio de modo puede formarse mediante la colocación del sufijo -mente al final de algunos adjetivos. Por ejemplo: rápido (adjetivo) >> rápidamente (adverbio). También pueden formarse compuestos parasintéticos adverbiales agregando el prefijo a- y el sufijo -as: A gatas, a escondidas, a ciegas... Algunos sintagmas preposicionales asimismo han sido lexicalizados como adverbios: a posta > aposta, a penas > apenas, etc.
Ambos, tanto el adverbio como el adjetivo pueden ser precedidos por cuantificadores como:
«muy» + adj //adv = «muy rápido» // «muy rápidamente» son adverbios superlativos.

Clases de adverbios

Tradicionalmente los adverbios se han dividido en las siguientes categorías:
  • Adverbios de ubicación (en tiempo y espacio), de modo y de cantidad.
    • Adverbios de lugar: aquí, allí, ahí, allá, acá, arriba, abajo, cerca, lejos, delante, detrás, encima, debajo, enfrente, atrás, alrededor.
    • Adverbios de tiempo: antes, después, pronto, tarde, temprano, todavía, aún, ya, ayer, hoy, mañana, siempre, nunca, jamás, próximamente, prontamente, anoche, enseguida, ahora, mientras, anteriormente.
    • Adverbios de modo: bien, mal, regular, despacio, deprisa, así, tal, como, aprisa, adrede, peor, mejor, fielmente, estupendamente, fácilmente, negativamente, responsablemente —todas las que se formen con las terminaciones «mente»—.
    • Adverbios de cantidad o grado: muy, poco, mucho, bastante, más, menos, algo, demasiado, casi, solo, solamente, tan, tanto, todo, nada, aproximadamente.1
  • Adverbios que cumplen la función de epistémicos:
    • Adverbios de afirmación: sí, también, cierto, ciertamente, efectivamente, claro, exacto, obvio, verdaderamente, seguramente, asimismo, etc.
    • Adverbios de negación: no, jamás, nunca, tampoco.
    • Adverbios de duda o dubitativos: quizá(s), acaso, probablemente, posiblemente, seguramente, tal vez, puede, puede ser, a lo mejor.
    • Adverbios interrogativos/exclamativos y relativos, las formas usadas ortográficamente en oraciones interrogativas y exclamativas son cuándo, cómo, cuánto y dónde (las formas relativas son idénticas aunque se escriben sin acento).
    • Otros adverbios: solo/solamente, aún, inclusive, además, únicamente, incluso; mismamente, propiamente, precisamente, concretamente; viceversa, contrariamente, siquiera, consecuentemente.

Adverbios epistémicos

Los «adverbios» epistémicos parecen tener restricciones diferentes de los adverbios de ubicación, modo y cantidad. De hecho sintácticamente muchos de ellos parecen requerir posiciones sintácticas diferentes de la de un adjunto verbal (como es el caso de los de ubicación, modo y cantidad).
Por ejemplo, el complejo comportamiento sintáctico de las palabras con polaridad negativa no puede explicarse adecuadamente tratándolas simplemente como adverbios. Por esa razón algunos lingüistas han conjeturado que forman una clase especial de epistémicos negativos que ocupan la posición de núcleo sintáctico de un hipotético sintagma de negación.
Algo similar sucede con muchos epistémicos afirmativos (tradicionalente llamados «adverbios afirmativos») cuya posición sintáctica podría estar situada en alguno de los sintagmas de tipo pragmático que integran la periferia izquierda de la oración o sintagma que formas.